Invoco un poco al gato primigenio,
colocador de cosas.
Tiremos todo al suelo, es necesario verlo así:
Tirado.
Y el astuto animal maullando mal a drede
pidiendo pescado, invocando al pescadero.
Y tú gritando: "¡no, que así no es gato,
no se invoca así, está mal"
¿Qué le va a explicar el animal perdido
en sus neuronas a la existencia con patas?
Él sabe. Él existe.

Como sábanas bailando el viento,
tapando en intermitencia flores derretidas
tan naranjas llamando la atención.
Robando ojos que eran para el agua
condensada en la montaña
de verde en expansión.
Y no llueve, ni hace frío.
Estrellas, poca nube, mucho cielo
sobre esa ambientación sepia.
Así son los tiempos del verano celular.

Invoco a los caramelos fríos inventados.
Dominio conseguido de los claros y oscuros
de las nubes que taparon los luceros.
Ahorrémonos la espera, ya es fácil transportarnos,
llegar a esta azotea.

Estar sentados bajo masa gris,
entrando en noches ya no tan tan tristes,
el verde está en mi córnea.
En mi cerebro sobra el aire.
Tan libre mi cabeza está de viejos recados.
Hay nuevas antenas, y abren tanto tanto
el mundo apetitoso y divertido donde coches voladores
hacen ruidos musicales y dibujos en el aire
ahora distinto, diferente, más visual y colectivo.

No hay espacios ya lejanos.
Somos balones del mejor juego del mundo:
la existencia equilibrada de los sueños
de los niños planetarios que en poco conoceremos.
Somos ellos.

Invoco a las palabras transparentes.
Que se reflejen todos esos dientes en los charcos.
Sus burbujas volando tan alto.
Dragones pisando con profundidad
generando el temblor analógico.
¿Sus alas? Las obviamos por momentos.
Las plumas son las que hacen el viento, y no al revés.
Retira el humo apelmazado de tu pulmón,
acepta las cosquillas desde el útero al cajón.

Es fácil subir la masa gris,
salir de noches que eran tan tan tristes,
el verde estuvo siempre ahí.
Cerebro tan limpio, esponja receptiva.
Se nos regala el embudo y el mejor licor.

Tan tan tan tan tan apetitoso y divertido.
Ya hay coches voladores dibujando la más rápida
y hermosa autopista que inventamos.
Está ahí. Sólo hay que mirar.